jueves, 27 de noviembre de 2008

Y no me sonrojo si te digo que te quiero...

Puede que hayas nacido
en la cara buena del mundo.
Yo nací en la cara mala
llevo la marca del lado oscuro.


Te miró ahí sentado enfrente mío y veo lo diferentes que
somos. No sólo por la diferencia de edad que existe
entre nosotros sino algo mucho más profundo.
Tú has nacido en la cara buena del mundo,
educado en la luz, siempre seguro de lo que quieres hacer
y de tus prioridades, pero yo… yo llevo la marca del lado
oscuro tatuada en mi piel. Mis padres me educaron para ser lo
que soy, un ser oscuro, un mortífago. Tú enemiga.


Y no me sonrojo
si te digo que te quiero
y que me dejes o te deje
eso ya no me da miedo...


Me miras y en tus ojos puedo ver el amor que me profesas,
eres incapaz de ocultarlo, ¿Para qué? Al fin y al cabo hasta las
estrellas dicen que en el amor está tu fuerza. Y sin embargo
mis ojos no muestran ningún sentimiento, son oscuros, fríos.
Igual de fríos que las mazmorras en las que he vivido durante
casi toda mi vida. Porque en esa frialdad está mi supervivencia,
para volver a casa cada día he de ocultar lo que siento, lo que
pienso y lo que quiero. Porque si, a pesar de todo, he de
reconocer que te quiero y no me sonrojo al decirlo.
Puede que la edad, el pasado y otras mil cosas más no jueguen
a nuestro favor, pero te quiero. Te sonrío y me sonríes de vuelta
y me doy cuenta de que no me da miedo que me puedas
dejar o que yo vaya a dejarte porque lo que sentimos es tan
real y tan fuerte que nada, ni siquiera la muerte podría separarnos.


Habías sido
sin dudarlo la más bella
de entre todas las estrellas
que yo vi en el firmamento.


Porque has sabido llevar sobre tus hombros el peso de
la guerra en la que nos encontramos y sin embargo has sabido
conservar esa pizca de picardía y de inocencia que dejas
escapar en tus cálidas sonrisas.
Si, tú eres, sin duda alguna, la estrella que guía mis pasos.


Cómo ganarse el cielo,
cuando uno ama
con toda el alma.


Y es que el cariño
que te tengo no se paga con dinero.


que tú no tenías nada que ofrecerme y él podía ponerme
el mundo a los pies yo le rechacé sin dudar porque el
cariño que te tengo no se paga ni con todos los galeones
del mundo.


Cómo decirte
que sin ti muero.


Ahora sólo me queda un paso que dar entre nosotros y es decirte
todo esto en voz alta porque a pesar de los meses que llevamos
juntos aún no te he dicho que te amo. Que sin ti mi vida ya no
tendría sentido. Sé que tú lo sabes, me lo has dicho muchas veces.
Comprendes incluso mejor que yo mis reticencias, mis miedos, pero
ahora que estos me han abandonado creo que es hora de decírtelo.
Me levanto de la silla en el que se supone que estaba haciéndo
deveres y me dirijo a la nueva reproductora de música. Cojo un disco
de un cantante español que descubrí en uno de mis múltiples viajes
por el mundo y lo pongo en la disquera. Empieza a sonar la música
de la canción El lado oscuro de Jarabe de Palo y aunque sé que tú no
entiendes la letra porque la canción es algo rara la música trasmite
suficientes sensaciones.


(...)

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